La cita que imagino se me niega,
pues nunca suma dos nuestro uno y uno.
Tú y yo con boca muda y vista ciega,
seremos siempre el otro más ninguno.
No se unirán las manos, ni el suspiro
sonará a la vez, ni junto al río
soñaremos despiertos el retiro,
letras cálidas somos, en el frío.
Quedarán los recuerdos, lo soñado,
la noche, el alba y la palabra amada;
y quedará también lo imaginado
y una vana presencia hecha de nada.
En el cálido estío el agua helada,
en el invierno frío, la templada.
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