Quelqu'un

La redención constituye uno de los dogmas centrales del cristianismo, que reconoce a Jesucristo como “el Redentor” por antonomasia, pues murió en la cruz para salvar a la humanidad de la muerte y abrirle las puertas del Reino de los Cielos, en un sacrificio que se entiende como el pago de un rescate destinado a satisfacer a Dios.
En el prefacio pascual católico se afirma que Cristo "con su muerte venció al pecado y con su resurrección venció a la muerte", y en el Catecismo de la Iglesia católica se señala que: "La muerte de Cristo es a la vez el sacrificio pascual que lleva a cabo la redención definitiva de los hombres"
T.S. Eliot describe el final de la era anterior a la cristiana, la de los magos en un célebre poema:
EL VIAJE DE LOS REYES MAGOS
T.S. ELIOT

“Fue una partida fría, justamente
La época peor del año para un viaje,
Y un largo viaje como el nuestro:
Los caminos ruinosos y los climas punzantes,
La verdadera muerte del invierno.
Y los camellos se llagaban (...)
Esto: ¿fuimos guiados
Durante todo ese camino para
Un Nacimiento o una Muerte?
Hubo, por cierto, un Nacimiento,;
Este otro Nacimiento para nosotros fue
Una agonía ardua y amarga, como la Muerte, nuestra muerte.
Regresamos así a nuestros países, a nuestros Reinos,
Pero ya no hubo paz para nosotros”

Mientras en la época de los magos, las puerta del cielo se abrían a unos pocos que sabían interpretar las señales, en la era cristiana se establece el sistema de saqueo del mundo anímico seguido por la redención, por el sacrificio. T.S. Eliot, en su poema describe el viaje cruel que emprenden los magos hasta Belén, donde descubren que su tiempo muere y otro tiempo, el cristiano, nace.
La era cristiana ha llegado a su fin, no es posible la redención pues la humanidad ya no saquea el cielo sino la propia Tierra. Un nuevo tiempo nace, las puertas de la madre no se reparan si se las saquea, mediante ningún tipo de sacrificio posterior. Sin redención el cristianismo llega a su fin.

La madre tierra da sus frutos libremente, es el amor su esencia, y la nueva era no nos pide sacrificios. Nos da... nos nutre...nos ofrece la oportunidad de cambiar...de crecer.