Ir al contenido principal
Los guardianes del relato no solemos conocernos. Sin embargo, después de lo sucedido, insistí al Círculo sobre mi necesidad de ser relevado. La magia de los guardianes es leve pero indispensable, pues el progreso del relato puede verse interrumpido cuando se retuerce la gramática básica en la que se alimenta. Por ello, el Círculo envió un substituto.

No puedo decir nada malo de él. Tenía una rápida intuición para advertir los meandros del relato. Descubría las formas y no se amilanaba ante los contenidos. El problema vino de su forma de pronunciar las erres, emitía un sonido más parecido a las ges. Un defecto sin importancia en nuestro trabajo, pero que ha cambiado el curso de mi vida.

Cuando ya estaba el traspaso prácticamente completado. El substituto me quiso advertir de que aún faltaban unos minutos para que fuera el momento exacto, según el relato, de mi marcha. Y por ello dijo “Tendgás que espegag. Aún ha de pasag un gato”
Y aquí sigo. Esperando al gato.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De nuevo me siento vivo Que ese tonto ya se ha ido Que suena mi corazón  Con un enorme latido Todo mi yo ya está activo No perderé mi razón 

Bad decisions

Malas decisiones  Malas decisiones  Que el camino sea corto Si no lleva a tu destino Que puedas desandarlo Que te queden otras oportunidades  Malas decisiones  Malas decisiones Si el camino es peligroso Aprende a amar tus cicatrices  El mapa de regreso Al futuro que perdiste 

Parapoema

En el universo paralelo Si de este nuevo universo, espejo del que dejé, la que fui se había ido (solo es sombra en Internet) ¿quién soy ahora de cierto? En el poema ya escrito caí como un nuevo verso no coincido rima y ritmo y raramente me ven, triste alma. El tiempo pasó y mis hijos me han de corresponder y allí donde estuve muerta algo nuevo ha de nacer: La calma.