Ir al contenido principal

Guerra final


El sacrificio


El pasado que vosotros recordáis no es el único pasado. Por lo menos, yo recuerdo otro. A finales de 1992, la guerra fría que había enfrentado a occidentales y comunistas había llegado a su fin. No es una novedad. Lo que nadie sabe es que un general ruso, Probocov, levantó al ejercito y con un exitoso golpe de Estado tomó el poder. Lo que afortunadamente nadie sabe, es que en su demencia disparó los misiles nucleares contra los EEUU y Europa, y que estos respondieron de igual forma. El fin del mundo, en una forma que creíamos ya imposible, se convirtió en una pesadilla real y presente.

Lo peor, o quizá más bien, lo más insoportable, fue descubrir que Probocov era uno de los nuestros. Nosotros, vosotros... quiénes éramos, quiénes somos, poco importa. Las innumerables fisiones y fusiones de los núcleos atómicos, engendraron, a pesar de su infinita capacidad de destrucción, una respuesta simétrica en otro punto de la galaxia. En la insondable materia oscura, de modo especular, la antimateria reprodujo nuestro mundo sacrificado. Ofreciendo una última esperanza a la humanidad.

Nosotros podíamos hacerlo. Podíamos animar aquel mundo fantasmal. Aquel mundo materialmente copiado del nuestro, pero sin el hálito de vida psíquica que lo convirtiera en real. Un mundo donde el destino de los humanos y de todo lo vivo pudiera cumplirse. El precio a pagar lo aceptamos todos en silencio. Decidimos no entrar ni a considerarlo. Sabíamos lo que había que hacer, sabíamos cómo hacerlo y lo hicimos. Solo nosotros de entre toda la especie humana pagaríamos un precio.

Servir de puerta y lanzadera al "alma" de un mundo agonizante, para hacerla llegar a su hogar gemelo, provocaría en nuestras mentes una transformación fatal. Los que fuéramos los príncipes del mundo, qué somos ahora, qué poco importa...



Comentarios

Entradas populares de este blog

Quelqu'un

Quelqu'un trouvera ces vers de moi peut-être en une nuit d'insomnie et d'énigmes. Il ne sentira pas l’extrême plus folle de désir, d'amour et de vassalité. Quelqu'un trouvera ces vers de moi peut-être en une nuit de labyrinthes éternels. Il ne sentira pas ma passion en m'abandonnant ni mon ardeur quand tu arrives à me prendre.

Basta

 Los bombardeos han de detenerse ya. La guerra ha terminado. Basta!

Haiku

Camino sola están mudas las piedras canta la alondra