Tomar la mente de otro se puede lograr desde la fuerza A o desde la B. La primera utiliza la técnica de la confianza y las emociones ligadas al amor como la amistad y la lealtad. La segunda utiliza la técnica del sometimiento y las emociones ligadas al odio como al seguidismo y el miedo.
La fuerza A es, por sí misma, elitista, y su actuación si no es secreta es discreta, puede movilizar grandes recursos de fuerza y persuasión pero utilizando los mecanismos habituales de poder.
La fuerza B es, comunmente, popular y su actuación es extensiva y publicitada, los mecanismos de poder habituales no están en su mano, tiene que apoderarse de ellos. Es una fuerza revolucionaria y contrasistema.
Las técnicas mixtas son posibles como cuando una élite ligada por la confianza somete a otros mediante el resentimiento para utilizarlos como fuerza de ataque. Esto ocurre cuando la élite goza de influencia pero no de poder-fuerza.
El proceso histórico y cualquier proceso humano se engendran por la casualidad, se desarrolla por oposición y finaliza con la transformación de la mente, y el nacimiento de una nueva época.
Sobre la fuerza C
La fuerza C utiliza la técnica de la Justicia y los valores ligados a ella como la ecuanimidad, la clemencia, la benevolencia, el rigor, el equilibrio y el conocimento y la sabiduría.
La fuerza C actúa por si misma desde las leyes del Kharma y el Dharma, para utilizarla para captar las mentes, esta fuerza se ha de interiorizar para que los actos de la persona estén impregnados de los valores de la Justicia, de forma que aquellos que actúen a favor de ellos deberán actuar a favor de quien los ha interiorizado. Así mediante la fuerza C las leyes Kharmicas protegen o castigan, el que posee la fuerza C puede tener amigos o sometidos, pero en cualquier caso consigue el poder, evita el enfrentamiento y extiende la igualdad y el equilibrio.
¿Qué se gana al capturar mentes?
La mente es el resultado de la lectura de los signos y símbolos. Esa lectura produce un fenómeno que es la creación de relatos. Esos relatos mentales se pueden volver reales, con mayor probabilidad, cuantas más mentes los compartan. La realidad se construye dentro de las limitaciones del sistema espacio-temporal, pero todo aquello que no quebrante esos límites puede pasar, ha de pasar y de hecho está pasando. En cada época hay una mentalidad predominante que hace hincapié en determinados factores posibles. Esa mentalidad, producto de mentes unidas, se desarrolla conforme a un relato mental establecido sobre una simbología previa. El relato, en su desarrollo, genera nuevos símbolos, que podrán ser fuente de futuros relatos en futuras mentes. La simbología de cada época, expresada en sus diferentes formas de Arte, pertenece a lo eterno, lo que escapa de los límites temporales.
Determinadas mentes pueden imaginar, a partir del presente, relatos futuros y a partir de esa imaginación escribir una literatura, o componer cualquier otro tipo de Arte, que correspondería a esa época imaginaria. Los que accedan a ese arte podrían desarrollar tal lectura y generar nuevos relatos.
Esto es habitual, no sólo se crean símbolos sobre futuros supuestos, también sobre pasados reinventados o sobre pura imaginación o fantasía. Sin embargo, toda esa carga simbólica pertenece a la época que la engendró, y aunque pueda estar presente en la siguiente pertenece a ella como herencia, no como una aparición genuina.
Sólo cuando una época genera nuevos símbolos puede la mente componer relatos genuinos. Así puede nacer una nueva mentalidad, cuando sean muchas las mentes que compartan el relato y nace una nueva época. Cuando los relatos se enfrentan en un mismo espacio y tiempo, porque darían lugar a realidades de desarrollo incompatible se producen los conflictos, a menudo con violencia sobre lo material, hasta agotar la fuerza de las mentes, que se sustentan en cuerpos, para que asuman la mentalidad vencedora. Aunque no siempre la victoria material supone la derrota de una mentalidad, ha de ser el relato real, en su devenir, donde se consiga sumar a las almas derrotadas. He usado el término alma y no mente como sinónimos para acentuar la diferencia respecto al cerebro
No obstante, signos y símbolos, especialmente los matemáticos, permiten la descripción de relatos rígidos, que se expresan como Ciencia o Conocimiento, que restringen la capacidad de las almas para elaborar nuevos relatos, ante la presión de lo material por su preservación. Resulta difícil sumar a las mentes hacia relatos que signifiquen poner en peligro sus cuerpos. La mentalidad de nuestra época prefiere lo virtual a lo real, rechaza el esfuerzo, defiende lo individual, rechaza al diferente, defiende el egoísmo, la comodidad, el placer y rechaza el pensamiento, la moralidad y la discreción. Justicia y amistad son valores poco reconocibles y la libertad es un bien que sólo se reclama para uno mismo.
La subordinación al poder junto al resentimiento, la envidia y el miedo, la gula, las adicciones, la inmoralidad, el machismo, la prostitución organizada y masiva de mujeres y niñas que viven esclavizadas, la sexualización infantil, la pederastia son las características de nuestra época junto con el mirar para otro lado cuando estos temas aparecen en el debate público.
Los cuerpos viven tanto que sus almas les abandonan y, aun así, los cuerpos son cuidados durante años hasta su derrumbe material.
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