Si cambió no fue por liberarse
del sufrimiento o la amargura
fue por sentirse amada.
El amor devorando su negrura
la convirtió en implacable renegada,
El amor del otro la hizo amarse
y con amor renueva su armadura
y defiende el nuevo hogar que la cobija
y reniega de la infamia y de ser hija
de la sombra, la codicia y la locura.
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