Con cierta persistencia se nos recuerda que vivimos en el presente y que hemos de aceptarlo como una verdad incuestionable. Personalmente, y sin ánimo rebelde, creo que podemos vivir donde nos dé la gana.
Solemos explicar el arte desde el punto de vista humano, si hicieramos un ejercicio genuino de imaginación y adoptaramos el punto de vista del objeto, sería fácil concluir que aquellos más artísticos son los que a la postre sobreviven. En conclusión, la estética es una habilidad desarrollada por los objetos con la finalidad de sobrevivir más allá de su época o su utilidad.